Ubicatex

Hace dos días le explicaba a una amiga como la gente irascible (como yo) pese a su carácter no tiene necesariamente reacciones agresivas de tipo físico...

Sábado 2:10 a.m.

Un imbécil de unos treinta y tres años entrados a nueve, se dedica a escamotearme la noche de música trova en la que pretendo evadirme a través de la música. Después de llamar abuelita a una amiga, y adularme con su aliento de Sid Vicious tan podrido como su cerebro, intenta sacarse los mocos con un pañuelo mugriento a 5cm de mi rostro, para luego tratar de sacármelos a mí... Resultado: Un golpe en su pómulo izquierdo que espero que aún le duela.

...o...

Pienso en la vulnerabilidad en la que a veces nos regodeamos las mujeres, revictimizándonos, dirían las feministas, y me prometo no caer en la trampa...

Sábado 10:34 p.m.

Tengo quizás menos de una hora observándolo, calculando el valor analítico de su cerebro -aunque en realidad no ha dicho nada- pensando a lo sumo que es sexy y que me gustaría al menos sentir esos brazos alrededor de mi cintura. Lo único que he visto es su mirada a través de la llamita del encendedor, pero ya tengo guión, cámara y luces montadas en mi cabecita para el resto de la noche... Minutos después me entero que se va, que está casado (por Dior! Y dos veces con la misma mujer!)y que soy una rebruta, absolutamente victimizada porque no lo conozco, no pasó nada entre ambos y ya me duele su beso de despedida bajo el viento de la noche.

...o...

Mis conclusiones: Beber más en mi próxima salida para no sentir el peso de mis irrealidades.