... Qué ganas tiene una a veces de ciudad, de recorrerla, identificar sus olores, colores y personajes. También de encontrar vericuetos mágicos (que alguna vez los tuvo) en ese recorrido sin miedo, sin prisas, sin que los pies nos lleven a algún lugar específico.
Ayer tenía ganas de barrio chino... pero esos mini-mundos cierran temprano, cuando yo salgo del trabajo... buscaba un lugar mágico, como el que alguna vez tuvo el señor Gnomo cerca de la logia masónica, pero ya desapareció... Recordé también las danzas del turco en su esquina, donde ahora hay un multibar de esos donde priva cualquier chabacanada menos el buen gusto.
... Y la furia mayor me desenpantufló para llevarme a un céntrico cine, porque me deprimió la idea de que todo lo que alguna vez conocí ya no existía, y me sumergí en el útero materno apenas al llegar a casa. Recuerdo que antes, cuando tenía que redactar mi tesis en París, me enojaba algunas noches al saber que tenía trabajo pendiente y la vida bullía bajo mi ventana...
En fin, que ya sé que no caben las comparaciones entre ciudades y aldeas, pero qué ganas tenía ayer de perderme en la noche citadina, poblada de historias que en San José existen, pero a veces cómo cuesta encontrarlas cuando las calles están semi-desiertas a las 11 p.m. y los ojos están sedientos mas ya no la garganta (que alguna vez descansa, para dar paso a otras funciones de carácter neurológico)...
4.10.06
Recuperar la ciudad
Publicado por Lau Fu en 1:05 PM
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1 Lenguas inquietas:
Bueno, la peli de ayer no tenía zapatazo en la teta, estuvo mejor, lo que no estuvo nada bueno fue el chepe que me encontré al salir del cine... estuve al borde del suicidio... pero visítame mañana y de suicidios hablaremos.
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