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25.1.07

Y dale con la muerte

Y dale con lo mismo.
¿Pero vos nunca parás de pensar en eso?
Pues no, siento aburrirte.
¿No fue suficiente toda la sangre, el dolor, el exilio?
Yo no lo viví como lo habrá vivido mi madre...
Entonces ¿ella te trasmitió la pesadumbre?
No la pesadumbre, sí el temor al olvido.
¿Vos crées que se te va a olvidar?
Fue hoy hace 28 años, salía del Congreso de Guatemala, fue acribillado a tiros...
¿Treinta y cuatro tiros, en el tórax, corazón y piernas?
Pensé que te aburría, pero parece que te sabés mejor que yo la historia.
Es sólo el morbo. ¿Nunca encontraron a los culpables?
¿Y quién los iba a buscar? Si todos sabíamos quién era el autor intelectual.
¿No te importa averigüar quién apretó el gatillo?
Me gustaría más que el General Lucas Romeo García, quien ordenó su asesinato, fuera juzgado.
Mirá, si no juzgaron a Pinochet, y ahora apenas un juez está pidiendo la cabeza de Ríos-Montt, no creo que tu exigencia sea muy realista.
No importa ya el realismo. Guatemala vive el hiperrealismo desde hace más de 5 siglos.
¿Cómo se llamaba tu papá?
Alberto Fuentes Mohr.
¿Por qué lo acribillaron?
Era candidato a la vicepresidencia de la República.
¿Y sólo por eso?
Era socialdemócrata, creía que la población indígena tenía que incluirse dentro del planeamiento de las políticas públicas.
Todo listo y anotado. Si querés volver a abrir el expediente tenés que ser paciente. ¿Cuál es la consigna de los hijos de los desaparecidos?
En Guatemala tenemos muchos años repitiendo: No olvidamos, No perdonamos, No nos reconciliamos.
Gracias por tu tiempo, veremos qué se puede hacer.

18.1.07

Instrucciones para la Autodestrucción

  1. Asegurarse de tener como padre un funcionario en un alto cargo gubernamental (Ministro de Seguridad o de Salud, por ejemplo).
  2. Identificar la influencia del pedigree familiar en las esferas socio-económicas del país.
  3. Haber bebido, fumado, inhalado, inyectado y tragado como mínimo los vapores sulfurosos de Mordok.
  4. Seleccionar un método para la ejecución del objetivo final: sobredosis, acuchillamiento, o incluso la horca.
  5. Realizar el acto escogido, no sin antes confirmar con la prensa el titular que llevará la información: “Hijo de Mengano Fulán se autodestruye” (también será posible aceptar: “Hijo de Mengano Fulán se autoaniquila”.
  6. Recitar antes de morir un verso de las Interrogaciones de Gabriela Mistral: “¿Cómo quedan, Señor, durmiendo los suicidas? / Un cuajo entre la boca, las dos sienes vaciadas,/ las lunas de los ojos albas y engrandecidas,/ hacia un ancla invisible las manos orientadas?

16.1.07

Misifús

Apareció una mañana. Se coló en mi corazón, hizo algunas maromas y sonrió. Lo nuestro duró lo que duran dos peces de hielo en un whisky on the rocks (parafraseando a Joaquinito). Desapareció en un maullido de tren. Cupido ya no se burla de mí, ahora es nada menos que San Francisco de Asís.

8.1.07

Pintas de enero

Katrina tiene nombre de huracán. Ella lo sabe y le gusta. Empezando un nuevo año decide salir de la cueva donde ha estado rumiando sus problemas durante varios días. Es 2 de enero, el sol brilla y el viento juguetea con el borde de su minifalda.
Camina por el boulevard de la Avenida Central con el plexus solar extendido, casi renaciente a nuevas e inesperadas alegrías. El tacón de su sandalia se atora donde alguna vez existió una baldosa. Siente la caída lenta de su cuerpo, casi imperceptible, simplemente inverosímil, hasta que el contacto estrepitoso con el suelo le devuelve la conciencia de estar viva.
Presiente un dolor que le recorre las piernas, una lágrima cuelga de sus pestañas. Nadie se detiene a darle una mano, brindarle una palabra. Repentinamente un chico, empleado de una zapatería ubicada enfrente del lugar del tropezón, se dirige hacia ella. La ayuda a levantarse al tiempo que pregunta: - Señora, ¿está usted bien?-
Ella estalla en una catarata de llanto. El la hace sentarse en un sillón de la zapatería, le alcanza un vaso de agua que ella ingiere entre hipidos de dolor. El chico observa la rodilla destrozada, la mano ensangrentada, y la interroga: -Señora, esto se ve muy mal. ¿Qué más puedo hacer por usted?-
Un rugido de bestia doblegada, de huracán convertido ya en brisa, emerge de su garganta: -¡Dejá de decirme señora!-

3.1.07

Las muertes deseadas

En mi familia conocemos bien el sentimiento de desear una muerte. No la muerte de cualquiera, sino de personas que asesinan a miembros de la familia y sus crímenes quedan impunes (ya van dos y seguimos sin bañarnos en agua bendita). Y así como nosotros, hay miles de personas en el mundo que conocen los nombres de estos criminales, que los ven día y noche haciendo su vida, que saben dónde trabajan, comen y viven. A veces hasta imaginamos sus sueños.
Y sin embargo no los matamos, no realizamos ninguna acción para acabar con esas vidas purulentas.
El límite entre la justicia y la barbarie nunca ha estado claro para los seres humanos, no hace falta más que leer "Vigilar y castigar", de Michel Foucault para una lección histórica en este sentido.
Todavía hoy se cometen graves violaciones a los derechos humanos de los reos que purgan una condena en prisión. Y hay países que se arrogan la justicia (esa pobre dama ciega) para matar en su nombre. ¿Si Estados Unidos lo hace, por qué Irak no? La pena capital es una salvajada que ejercen dos países que parecen tener más en común de lo que cada uno aceptaría.
Ya no hablemos del acto de grabar un acto así, que nos convierte en cómplices del oscurantismo.
Ni Hussein, ni el vecino de al lado merecen la ley del talión. Si de algo hubiera servido en la antigüedad, ellos nunca hubieran existido.
El video de tan inhumano acto (por si les queda morbo) está aquí.