Sectarismos necesarios?

Conozco gente que piensa que sólo existe un dios...
Hay otras personas que únicamente creen en un tipo de sistema político y económico...
También están quienes consideran que la orientación sexual es una estructura perenne e invariable...
Algunos individuos aseguran que el mundo es blanco o negro... Y por lo tanto, soy mujer u hombre, pobre o millonaria, negra o blanca, joven o vieja, extranjera o nacional, discapacitada o...
El detalle es que todas las diferencias que van de una a otra posición conforman eso que nutre lo que llamamos humanidad, donde hay sociedades distintas, pluriculturales, y también paradigmas que cambian, dinámicas que movilizan los sistemas simbólicos y de desarrollo para su transformación, quizás positiva o negativa.
Paradójicamente, estos últimos valores los otorgamos en función del negro o el blanco (para decirlo en términos simples), de un dualismo dominante-dominado que continúa obstruyendo nuestras relaciones sociales en todos los niveles.
Por otra parte, el relativismo total hace que nos conformemos con casi cualquier cambio sin cuestionar, proponer u apoyar, si es éste el caso.
La sociedad costarricense se inclina en el plano macro-social por esta posición, contrariamente, en los micro-espacios del poder, privan relaciones del tipo hegemónico, es decir, dominante-dominado.
En consecuencia, las transformaciones para esta sociedad frecuentemente son lideradas por pequeños grupos de poder, que reproducen la lógica de los micro-espacios en el plano social.
¿Cómo es posible entonces, combatir los sectarismos, sin caer en el relativismo, para buscar transformaciones sociales? Tal vez sea necesario establecer diferencias, entre posiciones sectarias y posiciones informadas.
¿Entonces es necesario siempre tomar partido, para que la historia no nos tome desprevenidos?
Mientras lo piensan, les cuento que el próximo 23 y 24 de octubre, algunos grupos de la población costarricense se manifestarán públicamente contra el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos.
Retomando el inicio de este comentario, creo que no hay un dios ni un diablo, pero existen fuerzas que se inclinan, unos grados más, unos menos, hacia la destrucción. Hay que informarse bien, para tomar decisiones que incluyan a toda la gente en sus diversidades, sino, ni un SI ni un NO tienen sentido.
Sigamos reflexionando.