Si las serpientes se dejan en cada escama una herida, si se escabullen del depredador y hunden sus colmillos en ese talón para vivir su vida, si no hay más remedio que el propio veneno para sobrevivir la ponzoña ajena, si escurrirse bajo la hierba mejora algún reflejo en la huída, si en el mundo subterráneo se consumen para volver a la luz con un chasquido de coraje en la lengua bífida... Son ya serpientes emplumadas quienes emergen de esa antigua piel para volverse tierra y aire danzando a través del fuego y caminando sobre el agua.
26.6.07
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6 Lenguas inquietas:
si pudiesemos cambiar de piel de un invierno a otro.
Saludos!
Su pudiéramos cambiar de serpientes, digo yo. A Lau, ahí esta esa obra de teatro "Mal Dormir" en el Taller Nacional de Teatro: buen trabajo, interesante. Cuando las mujeres pierden dignidades ante las consabidas serpientes, que no son bíblicas. El comentario está en mi blog. Gracias por tu visita a Godot, a quien aún esperamos...
Si pudiesemos no solo cambiar la piel, si no también los cuerpos...
lo de cambiar de serpiente está buenísimo.
Muda.
Me encantó verlas el sábado Lau. Mucha fuerza, mucha fuerza.
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