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21.9.07

Chicas Cosmo

Escenario de la conversación entre una semi star televisiva (SST) y su esforzada asesora de moda (AM), frente al ropero de la primera, en medio de una aparente área devastada: sobre el suelo pantalones indecisos entre el revés y el derecho, blusas cuya seda comienza a crujir como polyester y medias de nylon con carriles a través de los cuales se asoma algún feo liguero extraviado.
Algunos vestidos cuelgan de perchas improvisadas en los pomos de las puertas aledañas, sus ruedos mal cosidos rozan la gran cama cubierta de lencería tan retro, que mataría de risa a cualquier abuelita conocida.

SST: -¿Estás loca? ¡No me pondré unos zapatos cafés con un suéter negro!-
AM: - Te recuerdo que me tendrás que pagar horas extra por este trabajo-
SST: - ¿Horas extra? Si no sos capaz de armar un conjunto en cinco minutos tendrás un insulto extra -
AM: - Ponéte la blusa verde de georgette con la falda negra en corte A-
SST: - ¡No! No va con la botas color cereza-
AM: - En realidad no tenés nada que haga juego con esas botas-
SST: - ¡Son bellas! Tengo que usarlas -
AM: - De acuerdo... vamos a concentrarnos... ¿Ves ese vestido de rayas verticales, junto a los tacones beige?-
SST: - Lo veo, pero esos tacones son para el verano... -
AM: - Sí, ya lo sé, la asesora de moda soy yo, no vos -
SST: - Entonces, ¿qué se supone que tengo que ver? -
AM: - El vestido rayado... Observá con atención las líneas rojas, negras, amarillas y blancas -
SST: - Estoy mirándolas -
AM: - Perfecto. Ahora, sintonízate en la raya blanca, concéntrate, seguíla con la vista -
SST: - La sigo -
AM: - Ahora sentís mucho, pero mucho sueño... A la cuenta de tres, tendrás unas ganas irresistibles de enviar al basurero tus botas cereza y aumentarle el salario a tu asesora de moda... Uuunooo, dooosss, trrreees...

9.9.07

Para que los pasos no me lloren, Guatemala

Que me perdonen el atrevimiento, pero hasta ahora los resultados de las elecciones 2007 en Guatemala no parecen alentadores.... Y como parece que la memoria es lo único que nos va quedando, reproduzco aquí este texto del poeta Otto René Castillo, para no olvidar el sueño del quetzal.



Vámonos Patria a caminar (fragmento)

Pequeña patria mía, dulce tormenta,
un litoral de amor elevan mis pupilas
y la garganta se me llena de silvestre alegría
cuando digo patria, obrero, golondrina.
Es que tengo mil años de amanecer agonizando
y acostarme cadáver sobre tu nombre inmenso,
flotante sobre todos los alientos libertarios,
Guatemala, diciendo patria mía, pequeña campesina.

Ay, Guatemala,
cuando digo tu nombre retorno a la vida.
Me levanto del llanto a buscar tu sonrisa.

Subo las letras del alfabeto hasta la A
que desemboca al viento llena de alegría
y vuelvo a contemplarte como eres,
una raíz creciendo hacia la luz humana
con toda la presión del pueblo en las espaldas.
¡Desgraciados los traidores, madre patria, desgraciados.
Ellos conocerán la muerte de la muerte hasta la muerte!

¿Por qué nacieron hijos tan viles de madre cariñosa?

Así es la vida de los pueblos, amarga y dulce,
pero su lucha lo resuelve todo humanamente.
Por ello patria, van a nacerte madrugadas,
cuando el hombre revise luminosamente su pasado.
Por ello patria,
cuando digo tu nombre se rebela mi grito
y el viento se escapa de ser viento.
Los ríos se salen de su curso meditado
y vienen en manifestación para abrazarte.
Los mares conjugan en sus olas y horizontes
tu nombre herido de palabras azules, limpio,
para lavarte hasta el grito acantilado del pueblo,
donde nadan los peces con aletas de auroras.

La lucha del hombre te redime en la vida.

Patria, pequeña, hombre y tierra y libertad
cargando la esperanza por los caminos del alba.
Eres la antigua madre del dolor y el sufrimiento.
La que marcha con un niño de maíz entre los brazos.
La que inventa huracanes de amor y cereales
y se da redonda sobre la faz del mundo
para que todos amen un poco de su nombre:
un pedazo brutal de sus montañas
o la heroica mano de sus hijos guerrilleros.

Pequeña patria, dulce tormenta mía,
canto ubicado en mi garganta
desde los siglos del maíz rebelde:
tengo mil años de llevar tu nombre
como un pequeño corazón futuro
cuyas alas comienzan a abrirse a la mañana.

Informe de una Injusticia (1979)
Otto René Castillo